En tiempos recientes, la educación escolar ha experimentado una transformación acelerada debido al impacto de la digitalización post pandemia. Con el confinamiento producto del COVID-19, muchas escuelas se vieron obligadas a adoptar modalidades de enseñanza a distancia, lo que llevó a un aumento en el uso de tecnologías educativas y estrategias de aprendizaje híbrido o blended learning. Esta modalidad de aprendizaje combina la instrucción presencial con componentes de aprendizaje en línea, integrando la la tecnología en las prácticas tradicionales en el aula bajo diversos enfoques.
Uno de los enfoques más conocidos es el aula invertida, trasladando la comprensión de contenidos fuera del aula con el fin de utilizar el tiempo de clases para procesos cognitivos de mayor complejidad. Investigaciones a la fecha han demostrado que este tipo de enfoques podrían remediar aprendizajes y mejorar el desempeño de diferentes estudiantes.
A pesar de los potenciales beneficios del blended learning, su implementación enfrenta desafíos en áreas rurales y hogares de bajos ingresos debido a dificultades de acceso a la tecnología y conectividad. Además, el éxito del blended learning también depende de la actitud y capacitación de los profesores, lo que destaca la necesidad de mejorar su comprensión y formación en estas áreas. De hecho, un estudio de Barahona et al. (2022) identifica las variables que facilitaron la adopción de un modelo de blended learning en cinco escuelas vulnerables siendo los profesores una pieza clave. Los resultados revelaron la importancia de la capacidad de los profesores para incluir la tecnología en sus aulas desde un punto de vista innovador, ideando un diseño instruccional acorde para adoptar este tipo de modelo.
En este contexto, ¿cómo podemos garantizar que estas nuevas formas de enseñanza sean efectivas y accesibles para todos? Otro estudio realizado por Henríquez y Hilliger (2024) establece seis recomendaciones para la implementación exitosa en áreas vulnerables o rurales:
Desarrollar habilidades digitales entre los estudiantes.
Proporcionar capacitación práctica a los profesores durante su ejercicio profesional.
Promover el involucramiento de la familia de los estudiantes en su proceso de aprendizaje.
Fomentar la implementación flexible del currículum educativo.
Abogar por la implementación de modelos de rotación para abordar brechas y desafíos de aprendizaje.
Asegurar el acceso a dispositivos digitales en el aula mediante enfoques como el station-rotation.
En resumen, la implementación de blended learning en entornos escolares, especialmente en sectores vulnerables o rurales, crea oportunidades para mejorar la calidad y accesibilidad de la educación. Sin embargo, para que esta transformación sea verdaderamente efectiva, es necesario abordar cuidadosamente los desafíos únicos que enfrentan estas comunidades, garantizando que todos sus profesores y estudiantes tengan tanto las habilidades como el equipamiento para sacarle el mayor provecho durante el tiempo de clases. Si te interesa conocer más al respecto, te invito a revisar las publicaciones a continuación:
Barahona, C., Lippi, L., Rodríguez, M.F., Astudillo, G., Hilliger, I. (2022). Teacher Adoption of a Hybrid Learning Model in Vulnerable Secondary Schools. In: Hosseini, S., Peluffo, D.H., Nganji, J., Arrona-Palacios, A. (eds) Technology-Enabled Innovations in Education. Transactions on Computer Systems and Networks. Springer, Singapore. https://doi.org/10.1007/978-981-19-3383-7_39
Henríquez, V., & Hilliger, I. (2024). Blended learning in rural K‐12 education: Stakeholder dynamics and recommendations. Journal of Computer Assisted Learning. https://doi.org/10.1111/jcal.12963
Imagen de sasint en Pixabay
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